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Escribe, para ti

Anteriormente te expresaba, que uno de los disfrutes que esconde el matrimonio, entre la escritura y la lectura, es el despertar a los cinco sentidos y hasta, del escondido sexto sentido, que es la imaginación, lo cual es un verdadero y auténtico placer. De forma tal, que, al citado matrimonio, se le conoce como lectoescritura, que expresado en otras palabras, es la interpretación de textos, usando el alfabeto, lo que nutre a las vías de comunicación del individuo. Dicha técnica de lectoescritura, es en la que todos, iniciamos al desarrollar nuestra capacidad de pensamiento y lenguaje. Pero, como esa práctica sucedió en nuestra infancia, te recordaré el uso de la misma, en primer lugar, al escribir, no pienses en los otros lectores, ya que, la primera persona, que da lectura al escrito, eres tú, así qué te parece, que en la próxima ocasión en que escribas, sea para ti. Escribe lo que te provoque e inspire, desde lo que pueda ser ordinario, hasta lo que estimule a tu expresión, y te genere una opinión, venga, escríbelo, ya sea en un papel, en el móvil o computadora; no des importancia al medio, solo externa, esa idea, opinión o expresión, tal vez, es algo que quieres recordar, como una nota mental o confronta a tu razonamiento y revuela tu sentir. Créeme, que al resultado darás otra perspectiva al razonar, pues es impresionante como al dar letra a los pensamientos y sentimientos, estos parecieran desdoblarse, como, ponerlos frente al espejo para apreciarlos desde su reflejo, con perspectiva; inténtalo, y poco a poco, irás moldeando a tu estilo y brindaras personalidad a las letras.


En tanto, el segundo paso, es dar lectura a esa frase, en la que se vale, ser crítica/o, y corregir, principalmente la ortografía, así que tomate unos minutos y desempolva el diccionario, para hacer esa consulta o realiza una búsqueda por internet, al igual, y de gran ayuda es dar sintaxis a nuestro escrito, que no es más, que el ordenamiento y combinación de palabras, la cuales integran la oración, a lo que recordemos, sin verbo no hay oración, y se compone del núcleo del sujeto, y va seguido del núcleo del predicado, en el que debes ubicar al verbo, así y al tener una oración y unirla, a otra u otras, darás coherencia a tu escrito. En tanto, comenzaras a escribir, tal como te gusta leer, en continuidad a una línea de razonamiento y de tiempo. A lo que, te invito, a que pongas en práctica, la lectoescritura, en el siguiente mensaje de texto que envíes, vale.


¡Nos leemos, el siguiente fin de semana!


Foto por Kenia Morales, durante el proceso de escritura de El Color de sus Ojos

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