O, porqué no... anteriormente, te preguntaba, ¿qué te gusta de la escritura? otra forma de preguntar sería, ¿que no te gusta de ella? a lo que, abriré la conversación, en empatía contigo, en entender, que, en un mundo materialista y digital, donde la imagen es la primera impresión, la escritura y la palabra, pasan a un segundo grado. Pues ahí tenemos, los amores a primera vista, en que la imagen, es la que encuentra, y en algunos casos, la que distancia, pues sí, no se ven los gustosos involucrados, se termina el seudoamor. Con la imagen, se comercializa y se otorga un valor, la imagen nos acerca o aleja del mundo, sí, la imagen, la bendita imagen, la misma a la que algunos, le dirigen toda su energía, pensando en, ¿qué reflejo? ¿cómo me ven los demás? y hasta cuánto, retoco mis fotos, ¿qué marcas porto, y a qué lugares acudo? y de paso ¿cómo se ven mis amistades?, todo relacionado con la imagen. Pero la decadencia, a la que ha llegado la misma imagen, es que los hacedores de publicidad y mercadeo, dictan qué, si queremos colocar nuestra marca, en el gusto popular, tenemos que pagar, a un individuo, auto-llamado influenciador, que aclaro, es distinto a influyente, ya que este se entiende como un líder de opinión al crear opinión o incidir en la misma, y que a diferencia del influenciador este, solo crea una imagen; a lo que tenemos que recurrir al influenciador, para que nos haga publicidad, en su mundo de seguidores, mostrando la imagen, que ella o él, entienden, ya sea de nosotros o de nuestros productos. ¡Díganme! en que momento permitimos, tan sutil imposición de la imagen; pero dale, más adelante, escribiremos al respecto.
Lo interesante, es que coincido y te entiendo, en ese desgano e indiferencia que a veces nos generan las letras, y el hacer de la escritura, más, en un mundo, donde la imagen, es más pronta, más práctica; pero ojo; es más efímera. No, es una competencia entre la imagen y el hacer de letras, pero considéralo así, a través de las letras, podemos expresar lo que nuestros cinco sentidos reciben, que a diferencia de la imagen, esta solo se limita a despertar al sentido, de la vista, y muy afortunadamente (porque, no todo es tan banal), al tacto, ya que una foto artística, sin duda que aviva los poros de la piel, generando todo tipo de emociones. En tanto, la escritura con su amalgama, con la lectura, tienen un punto de recepción más amplio, al involucrar no solo a los sentidos de la vista y al tacto, también despiertan al sentido del gusto, en la acción del acompañar con sabores y hasta delicadamente el recordarlos, al igual, aviva al audio, con la lectura en voz alta, toda vez, que anima al olfato (recuerda el olor que desprende un libro nuevo, y que, para muchos, es de los aromas más apreciados). Asimismo, la buena escritura y su disfrutable lectura, nos despiertan, un sexto sentido, uno muy escondido, pero sumamente apreciado, digamos, que es como la joya de la corona, me refiero a la imaginación, ya que la lectura, tiene el efecto entre líneas de provocar a nuestra imaginación, y eso estimado lector, es el conocer el edén en la tierra, al ser un auténtico placer para el intelecto. Así que te leo… ¿por qué escribimos o por qué no…?
Por lo pronto, te comparto la siguiente imagen, para que en su imaginación, sea el lugar, donde te encontraras con el hacer de las letras, en una lectura.
¡Nos leemos, la próxima semana!
Foto en @clubadoroloslibros
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